Misión Buenas Nuevas

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La noche de Quito era fría. Llovía muy fuerte. Sin embargo, sin importar lo duro del clima, el Salón Larson fue llenándose.

 

 

Cubiertos de sombrillas, con abrigos pesados y mojados pero con una sonrisa en el rostro cerca de 200 personas llegaron para escuchar la palabra de Dios que se compartiría en el último día del Gran Seminario Bíblico.

 

 

 

 

La Banda Ebenezer llenó de calidez el lugar con tres alabanzas que hablaban sobre la grandeza de Dios. Los ánimos se levantaron tanto que el público pidió más canciones. El corazón de todos se veía muy abierto.

 

 

 

 

 

Cuando el pastor Shim Song Soo empezó a compartir el evangelio, la atención no decayó. Con más interés las personas escucharon. A través de la palabra de  Eclesiastés 11.9; 2 Pedro 3, y 1 de Juan comprendieron que durante mucho tiempo vivieron creyendo solamente a los pensamientos que satanás les daba, pero por la sangre de Jesucristo derramada en la cruz, han sido liberados del pecado, han sido hechos hijos de Dios y su corazón se convirtió en morada del Espíritu Santo.

 

 

 

 

¿Si ustedes reciben esta noticia, cómo van a reaccionar?, preguntó el pastor expositor a uno de los asistentes quien con una reacción tímida se levantó de su silla y manifestó felicidad. Pero animado no solo él, sino todo el público allí presente, con gran entusiasmo se levantaron todos, y con un brinco expresaron su alegría al saber que Dios les regaló el perdón de sus pecados. Su corazón se hizo morada de Dios, les dijo el pastor Shim Song Soo, allí Él llenará sus vidas de toda su plenitud.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Con un video explicó que al igual que un águila que vive en un gallinero, si siguen creyendo que tienen pecado vivirán sin utilizar las alas maravillosas que Dios ha dado a la humanidad. Dios les dio a Jesucristo, les dijo a todos. Con su muerte en la cruz los hizo águilas capaces de volar muy alto, capaces de imponer las manos en otras personas y sanarlas, capaces de vivir como Jesucristo porque él vive dentro de quienes han recibido el perdón del pecado. Escuchando esto, se escuchó un fuerte: ¡Amén!

 

 

 

 

Explicó también que existen cuatro casas, una la casa del nacimiento, otra la casa del banquete, luego la casa de luto, y finalmente la casa eterna donde hay dos lugares, el cielo o el infierno. ¿A qué casa irán ustedes?, preguntó el pastor expositor. A la casa eterna del cielo, respondieron muchos de los asistentes.  Entonces, les dijo, pongan la mirada en las cosas del cielo y no en las de la tierra, no en los deseos de la carne, de los ojos ni en la vanagloria del mundo. Vivan como águilas, vivan como hijos de Dios.

 

 

 

 

El gozo de haber recibido el perdón del pecado inundó el Salón Larson. Muchos salieron de ahí con un corazón diferente al que tenían cuando llegaron. A través de este Gran Seminario Bíblico, Dios obró poderosamente. Los hermanos de la iglesia Buenas Nuevas de Quito y quienes llegaron de otras ciudades del país se mostraron muy agradecidos y dieron gloria a Dios por este tiempo en que más personas recibieron la salvación y salieron anhelando unir su corazón a la iglesia.

 

 

 

 

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