Misión Buenas Nuevas

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05 de mayo de 2019

Varones con problemas de adicción pudieron conocer que era posible un cambio en sus vidas si conectaban sus corazones con la palabra de Dios.

 

 

La esperanza de la salvación llegó a la ciudad de Cuenca. La iglesia «Cueva de Adulam» recibió al pastor David Kim y reunió a cerca de 50 personas, entre hermanos comunes, hombres en rehabilitación por problemas de drogadicción y alcoholismo, y a sus familiares. Tras las acogedoras palabras de bienvenida que expresara el Pastor Daniel Requejo, se dio inicio al primer día del seminario bíblico.

 

 

La voluntaria Paola Altamirano compartió su testimonio de Salvación y seguidamente el Pastor David Kim inició la prédica haciendo referencia a que desde el inicio de la creación Dios creó al mundo hermoso, y en compañía de Dios Adán y Eva caminaban juntos, pero por haber recibido el engaño de Satanás botaron la palabra de Dios para recibir la palabra de Satanás es decir se trasladaron al lado del diablo.

 

 

El pastor explicó que solo hay dos bandos, dos lados: Uno de Dios, y otro de Satanás. Cuando Adán estaba en el lado de Dios tenía paz, sabiduría, felicidad pero una vez que pecaron y se cambiaron al lado de Satanás, entonces hubo infelicidad, sufrimiento. Así mismo la gente decidiendo por sí mismos, viven equivocados, perdidos. En la Biblia se registra el primer asesinato de Caín a Abel, pero Caín debió haber amado a su hermano y nunca debió haber querido matarlo, el debió haber tratado de no matar a su hermano, debió haberse resistido a esos pensamientos, pero había una fuerza más fuerte que Caín, era la fuerza del mal, del pecado, esta fuerza lo arrastraba. Como las personas en el mundo, nadie debe querer ir a la cárcel por algún crimen, nadie debe querer ser prostituta, pero hay una fuerza más grande que arrastra a las personas.

 

Hoy por hoy, la gente vive pecando, arrastrados por la fuerza del pecado, pero lo que se debe saber y entender es que nadie puede vencer el pecado, hay personas que dicen “Yo puedo vencer el pecado, yo puedo dejar de pecar”, pero no resulta, entonces lo que se debe hacer es reconocer “Yo no puedo vencer el pecado que hay en mi”, cuando una persona tiene estos pensamientos puede ir a Dios y reclamarle.

 

Continuando con su testimonio el pastor compartió que cuando él pudo reconocer eso, que él no podía vencer el pecado, ni limpiarse de él, él le oraba y le reclamaba a Dios “Dios ayúdeme, no puedo vencer al pecado, no puedo salir del pecado” y Dios permitió que se encuentre con un amigo que le compartió el evangelio y le dijo que él debía nacer de nuevo. Este amigo le compartió como Adán y Eva, después de pecar se cubrieron con hojas de higuera, significando que así mismo cuando las personas pecan, tratan de cubrirse y hacer a su manera para alcanzar el perdón, pero Dios lo que hizo delante de los ojos de Adán y Eva fue matar a un animal y ellos fueron cubiertos con vestidos de la piel de animal sacrificado, ellos se mancharon con la sangre del animal al usar las pieles, con este sacrificio se simbolizaba que para cubrir nuestro pecado es necesaria la muerte y derramamiento de sangre, por eso con la muerte de Jesucristo y solo con su sangre puede limpiar nuestro pecado. Adán y Eva ya no necesitaban las hojas de higuera porque fueron vestidos con pieles de animal con sangre, simbolizando la Sangre de Cristo.

 

Si cada persona pudiera limpiar por si mismos sus pecados, entonces no hubiera sido necesario que Jesucristo venga y muera. Jesucristo no era descendencia de Adán, Él era descendencia del Espíritu Santo, y el único que vino sin pecado al mundo, por eso él fue la ofrenda perfecta para perdón de nuestro pecado.

 

 

Juan 1:29. Juan el Bautista, vio que venía Jesús en el desierto, entonces esto enseña que la vida de creencia es ver a Dios no verse a sí mismo, pero las personas ¿A quién ven más en este tiempo? A sí mismos, a sus corazones.

 

El pastor dirigiéndose a los oyentes pidió que de aquí en adelante miremos a Cristo y no a sí mismos, siendo este el significado más profundo que ver una foto, sino que lo que debemos ver es al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, porque la Biblia dice que él estaba llevando, cargando el pecado del mundo siendo este el pecado desde Adán.
Cuando Jesús estaba en este mundo se encontró con la mujer adúltera y la gente la quería matar, pero Cristo dijo, los que no tengan pecado que tiren la primera piedra, pero empezando desde los Fariseos y Escribas se fueron, Jesús viendo eso le dijo a la mujer “¿dónde están los que te acusan?” Todos se habían ido, Jesús había cargado el pecado de la mujer adúltera también. De igual forma el pastor compartió que, Jesucristo ya cargó su pecado, desde antes que nazca, Jesús ya perdonó sus pecados en la Cruz con su sacrificio, con su sangre y ahora Él lo llama a justo para siempre y así por todo el mundo. Si la gente cree en esa verdad de la Cruz de Cristo, eso los hace perfectos, no pecadores, los hace ver a Dios, en ese momento se puede vencer el pecado.

 

 

Concluyó recalcando que, por el poder de la Sangre de Jesucristo hace más de 2000 años limpió todos los pecados del mundo, grandes, pequeños para que todos reciban esa verdad.

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