20 de noviembre. Durante el Día Nacional de Oración por México, en su edición 2021, el pastor Pablo Shin, pastor dirigente de Misión Buenas Nuevas México, Centroamérica y El Caribe, fue invitado por el pastor Benjamín Lomelí, director y organizador del evento, para compartir un mensaje bíblico con 2,500 cristianos en el Velódromo Olímpico de la CDMX, en la capital de México, a pesar de la gran dificultad que ha traído la pandemia del Covid-19. El Día Nacional de Oración por México se realizó simultáneamente en diferentes ciudades del país, 65,500 personas a nivel nacional oraron y clamaron a Dios por nuestro país; además fue transmitido en vivo a través de las páginas oficiales de YouTube y Facebook del Día Nacional de Oración por México.
Para iniciar el programa del Día Nacional de Oración por México, se proyectó en video un segmento especial enviado desde la sede en Corea del Sur de Misión Buenas Nuevas; que incluía primeramente el himno “Señor tú me llamas”, interpretado por el Coro Gracias, y un mensaje del pastor Ock Soo Park, fundador de la Misión Buenas Nuevas, quien habló de Romanos 3:23-23 y de Jeremías 31:34 “La Biblia dice que siendo pecadores, no podemos alcanzar la gloria de Dios por nosotros mismos, estamos separados a causa del pecado; sin embargo, la Biblia nos enseña que ya hemos sido justificados porque Cristo murió por nosotros, hemos sido gratuitamente perdonados, el perdón del pecado no lo hacemos nosotros, lo hace Jesucristo. Dios cargó todo nuestro pecado en el Señor Jesús (Levitico 16:21), mediante la cruz, nuestro corazón ha sido lavado, miremos y creamos en aquella cruz, si Dios nos dice justos, somos justos, no porque hayamos hecho algo, sino por su sangre”, explicó el pastor Ock Soo Park.
Después, acompañado por el Grupo Alba, grupo musical oficial de Misión Buenas Nuevas México, el pastor Pablo Shin compartió la palabra de Dios en base a 1 Reyes 8:33-36, “Dios dirigió a Abraham a un punto geográfico estratégico, la tierra de Canaán, una tierra especial, en donde iba a nacer el Salvador. En el tiempo del rey David, cuando se levantó la incredulidad en su corazón haciendo el censo en Israel, en la era de Ornán, haciendo una ofrenda expiatoria, la ira de Dios cesó; es el mismo lugar en donde Dios provee un cordero cuando manda a Abraham a sacrificar a Isaac, el monte Moriah. Es el mismo sitio en donde Salomón coloca el altar del holocausto para expiación del pecado; y es el mismo lugar en donde Jesucristo fue crucificado. Antes de la venida del Salvador, cuando el pueblo se arrepentía y pedía perdón por su pecado, Dios prometía perdonar, pues era aquel lugar en donde el Salvador iba a venir y morir para redimir el pecado del mundo. Todo lo que sucedió en aquel mismo lugar en el tiempo de Moisés, Abraham, David y Salomón, era sombra del sacrificio de un solo y verdadero cordero de Dios, cordero que cargaría y pagaría por el pecado de todo el mundo: Jesucristo. Ahora, mirando y meditando en aquel lugar donde el Salvador nos redimió y salvó, nuestro pecado se borra por fe en Él y Dios nos da el Espíritu Santo de la promesa, nos oye y nos bendice.”, explicó el pastor Shin.
Miles de personas, pastores, líderes y congregantes de diferentes iglesias de todo México que se han reunido, de manera presencial y vía online, en el Día Nacional de Oración por México, han recibido la alegría y el gozo de recordar cómo Jesucristo ha pagado eterna y perfectamente por el pecado del mundo, santificándonos solamente por la fe en su sangre.