Del 8 al 11 de agosto el pastor Pablo Shin fue el expositor de un Seminario Bíblico en la sede principal de Misión Buenas Nuevas Tailandia. Alrededor de 600 personas asistieron en total, de las cuales 300 escuchaban por primera vez la Palabra de Dios.
En abril del presente año, se celebró un Seminario Bíblico en México con el pastor Hak Cheol Kim, pastor principal de Misión Buenas Nuevas Tailandia, y Dios permitió este mismo año que el pastor Pablo Shin, Director General de Misión Buenas Nuevas México, Centroamérica y el Caribe, fuera el expositor de un Seminario Bíblico en la sede principal de Misión Buenas Tailandia, situada en la capital, Bangkok, gracias a la invitación que recibió del pastor Hak Cheol Kim.
Los jóvenes de la iglesia y el Coro Senore prepararon presentaciones especiales para el programa de cada sesión. Los participantes disfrutaron de las danzas y las preciosas alabanzas antes de escuchar la Palabra de Dios.
El pastor compartió que el libro de Romanos fue escrito por el apóstol Pablo con el único propósito de transmitir un don espiritual: el Evangelio.
A través de Romanos 1:18-23 el expositor explicaba cómo el hombre por el pecado vive desconectado de Dios y por estar separado de Dios vive atrapado en sus deseos, tratando de ser feliz pero sin lograrlo, por tener vacío su corazón.
El pastor explicó que el pecado del hombre es no reconocer a su creador, sino dar gloria a las criaturas, al sol y la luna, por eso Dios los entrega a la inmundicia, a una mente reprobada.
“En la Biblia aparecen dos pactos, dos promesas; el primer pacto es la ley, los mandamientos. Toda su vida el hombre debe cumplir estos mandamientos para lograr ser justo e ir al cielo pero el segundo pacto es la gracia, el aceptar simplemente el regalo de Dios que es Cristo, quien ya perdonó todos nuestros pecados”, puntualizaba el pastor Pablo Shin.
También explicó que la maldad del hombre es haber dejado a Dios. El objetivo de la ley es el reconocimiento del pecado. Dios quiere que el ser humano vuelva a Él, para salir del sufrimiento y la condenación y por la fe en el Señor Jesucristo ser justificado gratuitamente.
Finalmente, el expositor expresó que de acuerdo con lo que enseña la Palabra de Dios, nadie puede ser justificado por las obras sino por la fe. A través de Romanos 4 y Romanos 5, mostró cómo el hombre pasa de pecador a justo por la fe en la obra expiatoria de Jesús.
Asistieron más de 300 personas nuevas que no habían escuchado nunca sobre la Biblia, ya que tradicionalmente son budistas. Junto con los hermanos de nuestra Misión, hubo alrededor de 600 participantes en total.
Con un corazón muy humilde y sencillo escucharon atentamente la Palabra de Dios y la mayoría de los nuevos aceptaron el Evangelio y confirmaron la salvación.
¡Gloria a Dios por este precioso tiempo en el que Dios abre caminos para anunciar las buenas nuevas!