Misión Buenas Nuevas

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Promesa del año 2024

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 

Génesis 1:26

Dios, después de que la Misión se erigió, continuamente ha obrado el Señor. Durante el año que pasó… En enero tuvimos una gran campaña en la iglesia; hemos sentido la gracia. En noviembre en una gran iglesia, hemos arrasado todo el territorio de India. Verdaderamente eran personas que hemos visto por primera vez pero han abierto el corazón hacia el evangelio y la Misión; hemos sentido agradecimiento.

 

Yo soy del año 1944. Ahora tengo 80 en este año. En otras iglesias (65, 70) tienen realmente un periodo de jubilación. Estamos ocupados por predicar el evangelio: no tenemos un periodo de jubilación en nuestra iglesia. Ya tengo 80 pero a veces me volteo a ver si no hay nadie que me estironea pero no hay. Predico así la palabra, es un gran honor.

 

Además, durante el año que ha pasado, muchas personas en el mundo entero han recibido la salvación; me sentía agradecido. Al comienzo, desde que era pequeño, me congregaba en la iglesia. Iba a la casa de otros a comer mandarina. Yo robaba mucho. Siempre tenía remordimiento por el pecado, me atormentaba.

 

Un día, yo leyendo Levítico 4… En aquel entonces, la mayoría de los pastores decía que nos arrepintamos del pecado; no nos enseñaban la manera de cómo obtener el perdón del pecado. Yo miraba Levítico 4, era maravilloso. Exactamente estaba escrita la manera de cómo obtener el perdón del pecado.

 

Cuando el sacerdote cometía pecado, cuando toda la congregación cometía pecado o cuando el jefe de la tribu cometía pecado; por último, cuando una persona del pueblo cometía pecado, aparecía sobre las cuatro personas. Era maravilloso. En la Biblia aparece cómo obtener el perdón del pecado pero ningún pastor, aunque yo me congregué mucho tiempo, nadie me habló sobre el perdón del pecado. Todos decían que nos confesemos.

 

Hasta al morir me confesaba, le pedía perdón al Señor, así oraba. Yo, mientras que leía el libro de Levítico… Por la sangre de Jesús, mi pecado ha sido lavado y luego tuve la convicción sobre ello. Desde ese momento yo me conmoví. Tenía una hermana y a mi hermana yo le conté eso.

 

“Ock Soo”, me dijo ella, “cuando la planta madura, debe bajar la cabeza. Los pastores dicen que son pecadores. Ellos son más brillantes que tú pero tú dices que no tienes pecado. No tiene sentido”. Me callé. Por más que yo me fijaba, sin lugar a duda mi pecado había sido perdonado. Varias veces leía y volvía a leer la Biblia; era maravilloso.

 

En Levítico 4, cómo el sacerdote, cuando toda la congregación o el jefe de la tribu cometía pecado; por último, una persona del pueblo. Cuando leí el 4:27: “Si alguna persona del pueblo pecare por yerro, haciendo algo contra alguno de los mandamientos de Jehová en cosas que no se han de hacer, y delinquiere;

 

28 luego que conociere su pecado que cometió, traerá por su ofrenda una cabra, una cabra sin defecto, por su pecado que cometió. 29 Y pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda de la expiación”. Poner la mano sobre la cabra… ¿Por qué hay que poner la mano sobre la cabra? No se convierte en pastor o anciano pero cuando se convierte en pastor o anciano ponemos la mano.

 

En Levítico 16:21 leí: todo está emparejado. “Y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío”; creí eso. En el Nuevo Testamento de la Biblia el Señor Jesús, cuando se encuentra con Juan el Bautista, es bautizado. Juan el Bautista se opone diciendo:

 

—Yo tengo que ser bautizado. ¿Por qué usted viene?

Se opone pero Jesús dice:

—Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.

 

“Entonces le dejó”. Juan el Bautista pone la mano sobre la cabeza de Jesús. Al poner la mano en él, todo el pecado de la humanidad pasa a Jesús. Cuando de vuelta vemos en la Biblia dice que Juan el Bautista al día siguiente cuando ve a Jesús dice: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.

 

Se asustó en gran manera. “Ah, mi pecado pasó al Señor Jesús. El Señor Jesús fue crucificado, cargando mi pecado. Al día siguiente, Juan el Bautista vio que se acercaba Jesús y le dice: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. En ese momento, crucificado: “Ah, mi pecado ha sido lavado. Él fue crucificado por mi pecado”, aquella verdad llegué a conocer.

 

En ese momento, no me acuerdo, creo que tenía edad, me olvidé, creo que tenía 14 años. En ese día, en la iglesia, teníamos que practicar la canción del coro. Terminamos las prácticas y yo dije cómo obtuve el perdón del pecado. Todos se asustaron.

 

—Yo también tengo pecado. ¿Cómo tengo que obtener…?

—Yo también.

—Yo también.

 

Pasó un mes. El pastor decía cosas absurdas. El pastor decía que era pecador, el anciano decía que era pecador. “…Este pecador tan sucio. Oramos en el nombre del Señor Jesús”. Cuando yo decía que no tenía pecado, todos se apartaron de mí. Cuando yo leía la Biblia, cuanto más leía la Biblia… Mi pecado había sido perdonado, con toda seguridad: “Yo soy justo, fui lavado de mi pecado”.

 

Luego, así se formó la Misión y empezamos la escuela misionera. Terminé el servicio militar. Predicando el evangelio en Gimcheon, la hermana Kim Hye Kyung era una hermana de la región de Boeun. En ese momento el encargado del internado de la universidad había recibido la salvación y cada sábado realizábamos un estudio bíblico con ese internado. Extraño mucho a Kim Hye Kyung; no tengo noticias de ella.

 

La hermana llamada Hye Kyung, su padre en Boeun es anciano, le dijo a su padre y me invitaron como expositor a mí. Discúlpenme, recién terminé el servicio militar, no tenía una ropa para usar y me fui así con una ropa gastada.

 

El hermano que se fue conmigo se había casado hace poco. Ya que él se casó hace poco, tenía un nuevo traje. A Boeun llegamos para realizar la campaña. Vinieron los jóvenes para recibirnos. Verdaderamente todos tenían trajes puestos. Cuando llegué a la habitación, ese hermano me dijo:

 

—Vamos a cambiarnos.

—No importa. La ropa no es la que predica el evangelio.

—Por favor, óigame, por favor.

 

Yo me puse la ropa de ese hermano. La manga realmente me llegaba hasta aquí, estaba floja. La ropa mía ni podía abotonarse; era simpático. Era muy buena la campaña. En Boeun, excepto algunos ancianos, todos recibieron el perdón del pecado; hemos estado felices. A menudo dos veces o una vez al mes iba para tener comunión en Boeun.

 

No pasó un año. Era como el séptimo u octavo mes. Sentí un gran cansancio. Claramente eran salvos pero ellos se iban marchitando. “¿Por qué? ¿Qué pasa, si son salvos? ¿Por qué?” El pastor de esa iglesia era una persona que no pudo obtener el perdón del pecado. Él insistía en las obras, nosotros insistíamos en la fe. En ese momento, yo estaba en Gimcheon, después de que me casé. Me puse a pensar.

 

Mi hija nació en el año 72. En el año 73, febrero del 73, era el primer cumpleaños de mi hija. Al día siguiente del cumpleaños, nos mudamos a Daegu porque teníamos que hacer la escuela misionera. En el año 74 nació mi hijo, luego en el 76, en Daegu, junto con cinco alumnos, empezamos la escuela misionera. Los estudiantes de ese lugar ahora están como misioneros en todo el mundo.

 

Los misioneros de Estados Unidos ¿cuántos son? Como 80. En Estados Unidos están estudiantes de la escuela misionera. Millones de misioneros están predicando el evangelio y están en cada país anunciando el evangelio; es maravilloso. Ahora ya tengo bastante edad. A menudo pregunto al Señor y digo: “¿Por qué me salvó usted, Señor?”

 

En medio de mis amigos se encuentra Cheon Chung Nam. Ese amigo tiene el corazón amplio, tiene un buen carácter, todos lo quieren. Yo soy delicado. No hay mucha gente que dice que me quiere pero un día un amigo rompió todos mis útiles; yo me enojé.

 

—Ock Soo, perdón.

—¡¿Con que me pidas perdón ya basta, eh?!

Chung Nam se acercó y dijo:

—Ock Soo, somos amigos. ¿Qué tanto? El mío es mejor que el tuyo. Yo te doy el mío.

 

Siempre Chung Nam me avergonzaba. Después de que recibí la salvación, cuando estaba en el púlpito decía: “Señor, ¿por qué usted me salvó? Cheon Chung Nam es guapo, alto. Cuando lo vean en el púlpito… Realmente es bueno de ver. Gente como él sería tan bueno que predique el evangelio. ¿Por qué ha salvado a un hombre como yo?”

 

Fui a la tierra natal. Los amigos dijeron:

—Chung Nam se casó con una muy guapa. Dicen que casi ella es candidata para ser Miss Corea. Dicen que es muy guapa. Yo dije:

—Chung Nam también es muy guapo.

Pasaron dos años y me fui.

—Ock Soo, ¿oíste sobre Chung Nam? Chung Nam se suicidó.

—¿Qué me dices? Era de buen carácter. A mí todo me faltaba.

 

Verdaderamente esto no es algo que les digo por decir a ustedes sino que el Señor me ha amado. Iba a la tierra ajena y verdaderamente comía manzana. Yo venía a la iglesia, me arrepentía y miraba la Biblia. En Levítico había visto que aparecía la expiación. Poner la mano sobre la cabra. ¿Por qué? ¿Por qué hay que poner la mano? ¿Por qué hay que poner la mano? ¿Por qué?

 

Luego en Levítico 16:21 yo leía: Poniendo sobre la cabra el pecado. Ha puesto nuestro pecado en el Cordero que es Jesús. Así se perdonaba el pecado en el Antiguo Testamento. “Ah, nuestro pecado fue lavado por la sangre del Cordero”. Desde ese momento, las personas que pertenecían a la Misión tenían convicción del perdón del pecado. Dios, de manera maravillosa, me había ayudado a entender tantas cosas.

 

En esta mañana me levanté a leer la Biblia. Génesis 1, ¿qué dice en el versículo 26? “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”.

 

“Dios, a este ser tan vil, usted ha dado su imagen y semejanza. Señor, somos como unas bestias. ¿Por qué usted nos ha dado su imagen y semejanza? Vemos nuestras manos y sentimos agradecimiento, vemos el espejo y sentimos agradecimiento. Señor, usted tanto nos ha amado y nos ha dado su imagen y semejanza a nosotros. Cometemos pecado: mentimos, odiamos a otros. Nosotros somos seres viles que hacemos división.

 

Señor, ¿por qué nos ha dado su imagen y semejanza? Para que obtengamos el perdón del pecado ha tenido el plan. Cuando, obteniendo el perdón del pecado, somos uno con Dios, el Señor dice: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza’. Señor, éramos seres sucios, éramos viles, éramos tan malos, éramos tan engañosos hasta no poder decirlo pero usted nos puso su imagen y semejanza. ¿Por qué?”

 

Porque todo es posible lavar por la sangre de Jesús. Lavando todo, el Señor Jesús nos puso su imagen y semejanza, la imagen y semejanza de Dios; me siento tan, tan agradecido ante ello. Hoy en día en tantas iglesias, tantos pastores, ellos no conocen sobre el perdón del pecado. Dicen que si nos confesamos, podemos obtener el perdón del pecado.

 

No es que nosotros nos debemos arrepentir, es porque Jesús ha muerto por nuestro pecado. Todo castigo que nos merecemos, Jesús lo recibió. Gratuitamente somos justificados; esto empecé a clamar en la primera ocasión. “¿Qué cosa estás diciendo? Somos pecadores, por favor no digas realmente una locura” pero tuve convicción.

 

Sea lo que fuera, sea quien fuera el que nos diga, sea lo que fuera que nos diga, somos justos como Dios, somos limpios. Aleluya. “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” No nos dejó así simplemente como criaturas sino que con la misma imagen de Dios nos hizo con la semejanza de Dios.

 

“Señor, somos seres tan sucios, somos malos. ¿Por qué con su imagen y semejanza nos hizo?” Sí, tú eres sucio, tú eres vil pero yo hice que seas santo como Dios, te hice así. Somos santos como Dios por la sangre de Jesús. Es para llorar de lágrimas.

 

—Señor, muchas gracias pero yo no puedo hacerlo bien. Yo fácilmente me enojo, yo fácilmente tengo rabia, así soy.

—A pesar de ello eres santo, eres justo, has sido lavado por la sangre de Jesús.

 

He oído que somos secta por haber dicho esto pero mucha gente santa se ha reunido. Alzamos la voz y decimos que somos santos. “Dios, muchas gracias. Gracias porque ha hecho a nosotros los hombres como usted”. ¿Amén? Sí, como Dios somos santos, somos justos, somos limpios mediante la sangre de Jesús; perfectamente hemos sido lavados.

 

Al comienzo podíamos escuchar esto en la Misión Buenas Nuevas pero en India, ante muchas personas, anunciando el evangelio en todo el mundo, este evangelio rápidamente, mediante los hermanos, se va expandiendo; siento agradecimiento. “Señor, muchas gracias”. En esta mañana también confío que el Señor se gozará cuando compartimos esto. No seguimos siendo pecadores, como Dios somos santos, nosotros hemos sido revestidos por la imagen y semejanza de Dios.

 

El Señor nos ama y nos ha revestido de la imagen y semejanza de él. No va a titubear en lo absoluto. Cuando pase un tiempo (tenemos edad) yo me acercaré al Señor y eternamente viviré con el Señor. Mediante la sangre preciosa del Señor Jesús hemos sido redimidos. ¡Hermanos amados, alabemos a Dios, glorifiquemos a Dios! El Señor nos ha amado. Esto que es tan sucio ha podido ser santo.

 

Ahora nosotros somos santos por la gracia de Dios. Hombres tan sucios ahora somos limpios, somos justos. Alabamos a Dios. Todos nosotros cuando vemos esta palabra: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”…

 

El Señor debería enseñorearse pero en lugar de él, nos dice que nosotros no enseñoreemos. “¡Sí, Señor!” Señoreando nosotros, viviremos con el corazón de Dios. El Señor nos da su Espíritu y su corazón; estamos agradecidos. No hay distancia entre Dios y nosotros, nos ha hecho de igual manera, nos llama hijos y nosotros decimos “Dios Padre”. Dios es nuestro Padre. ¿Todos quieren decir “Dios Padre”?

 

—Dios Padre.

—Sí, hijo mío amado, mi hija amada.

 

Así nos dice. ¿Amén? Realmente a nosotros, viles, nos ha salvado y nos ha permitido predicar este evangelio. Mucha gente decía que éramos secta por decir ello pero hoy en día muchas iglesias me han invitado para realizar la campaña aceptando esta palabra. Ahora todo se expande más y más, aumenta más y más. Dios se goza y Dios será glorificado, así confiamos.

 

En el 2024, recibiendo este año nuevo, en la familia de ustedes, en los hijos de ustedes, en este periodo son el Dios pequeño. Dios querrá realizar muchas cosas por ustedes. No digan que son carentes. El Señor me ha perfeccionado, soy santo, yo también puedo realizar la obra de Dios. Dios, con la misma imagen y semejanza de Dios, los ha hecho. Somos uno con Dios; agradecemos.

 

[“Entonces el pastor Ock Soo Park dará la oración final y terminaremos el culto de año nuevo.]

 

¿No podemos realizar una hora más? Hay tantas cosas que decir. Vamos a orar. “Dios, Padre santo, usted nos ha dado su imagen y semejanza. Le agradecemos porque usted nos ha hecho como usted, como Dios, y nos ha puesto su imagen y semejanza. La palabra que nos dice que nos ha hecho señorear el mundo entero nos hace agradecer.

 

Realmente, Señor, nos ha enviado el evangelio precioso para que los siervos puedan entender el evangelio y atestigüen. Durante el año pasado, en el mundo entero ha habido tanta gente que se ha gozado por obtener el perdón. Muchos pastores, ancianos, miembros, obteniendo el perdón del pecado como nosotros… Aunque ha habido gente que se ha unido, como también… Aunque no están con nosotros han obtenido el perdón del pecado; sentimos agradecimiento.

 

Cuando el hermano o la hermana es utilizado ante aquella obra, cuando los siervos son utilizados para aquella obra, conforme a la imagen y semejanza de Dios, el Señor le ha salvado; le agradecemos por esta gracia. El Señor amado… En el país Estados Unidos nuevamente se levanta este evangelio, por lo cual sentimos agradecimiento.

 

Sus siervos, aunque tienen mucha carencia, las manos del Señor nos acompañan y con la gracia del Señor, para que no haya ni una carencia, se han puesto ante nosotros. Con aleluya le alabamos. Muchos están con nosotros, no solamente ellos sino que todo Estados Unidos, mediante las olas del evangelio, queremos que obtengan el perdón del pecado para que muchos siervos preciosos se levanten y sean glorificados.

 

Dios Padre, queremos que usted se goce, esté feliz y que todos puedan recibir realmente la salvación. Conforme la imagen y semejanza de Dios, confiamos que usted trabajará en este año nuevo.

 

Hermanos que trabajan por el evangelio, hermanos preciosos: hermanos que apoyan, hermanos que prestan servicios, quienes anuncian el evangelio a los amigos, en medio de toda esta obra, con el corazón de Dios, con la imagen y semejanza de Dios, con la gracia de Dios queremos que nos ayude para soportarlo y que alrededor de nosotros se llene por el evangelio, que más personas puedan recibir la salvación y que podamos glorificar al Señor.

 

Que podamos despojarnos del pecado. Mediante el retiro de Dallas podemos realizar siempre este culto de Año Nuevo. Agradecemos al Señor por poder tener este culto. Queremos que nos dé su gracia. Hermanos que han recibido el perdón del pecado por su sangre, queremos que hoy den los pasos adelante.

 

Personas que están sufriendo por el pecado, que están atormentados por el pecado, queremos que les dé la esperanza y que puedan anunciar a Jesús. Que más personas por la sangre de Jesús puedan obtener el perdón del pecado y que puedan recibir la imagen y semejanza de Dios. Tanto le suplicamos. Señor, ¿qué somos nosotros para que usted nos salve? No tenemos realmente ningún derecho, somos seres miserables.

 

Usted nos ha amado y después de que nos erige como siervos preciosos, vamos creciendo; es maravilloso, su gracia maravillosa. Queremos que sobreabunden todos los hermanos del mundo entero. Ahora ante este año nuevo, Señor, queremos que usted esté con nosotros y que fuertemente obre en este año nuevo, que salve a mucha gente y que nos revista de su gracia.

 

Los hermanos preciosos, que puedan entregar todo su ser y puedan servir al Señor, que puedan servir al evangelio. Bendíganos. Le agradecemos. Oramos en el nombre del Señor Jesús. Amén.